viernes, 22 de octubre de 2010

Viaje sin fin

El jueves empezó mi odisea para llegar a Noruega. Os cuento:

Las chicas de la selección española de curling estábamos invitadas a jugar en Oslo un Tour Europeo Junior. Teníamos los billetes de avión comprados desde hacia un mes, era un viaje relativamente corto: primero teníamos que coger en Loiu un vuelo a Frankfurt y de allí otro hasta Oslo, en total eran 4 horas de vuelo y media hora de escala.

La historia comenzó así: llegamos a Loiu y la máquina para hacer el Check-in no funcionaba. Tras varios intentos conseguimos hacer el check-in de dos de nosotras y escogimos una fila totalmente libre para poder coger los otros dos asientos seguidos, pero para cuando conseguimos que la máquina funcionara ya no estaban libres los asientos de esa fila y tuvimos que coger otra.

Una vez hecho esto, fuimos a facturar y la primera sorpresa: El vuelo de Frankfurt a Oslo se ha cancelado, pero no os preocupéis, porque a Oslo van muchos aviones id al mostrador de la compañía para que os busquen otra alternativa.

En el mostrador de la compañía empezaron con mucha calma a mirar alternativas y finalmente nos dijeron: hay dos opciones la primera es ir Bilbao-Bruselas y Bruselas-Oslo, llegaríais 1 hora más tarde que con lo que teníais. La otra opción es hacer Bilbao-Dusseldorf, Dusseldorf-Oslo con esta opción llegaríais dos horas más tarde y además tendríais que correr, porque el primer vuelo es en media hora.

Como es lógico elegimos ir vía Bruselas, y después de 10 minutos nos dijo: no os puedo meter en ese vuelo, porque no hay sitio para las 4 tenéis que ir vía Dusseldorf, pero tenéis que correr, porque sólo os quedan 20 minutos.

Volvimos al mostrador de facturación y cuando quedaban 5 minutos por fin, estábamos corriendo por la terminal hacia el avión. Llegamos al control policial: billetes, botas fuera, portátiles fuera, cinturones fuera.

Milagrosamente subimos al avión y además nos toco en la salida de emergencias que es más grande que el resto de asientos y tras la escala en Dusseldorf llegamos a Oslo en plena noche. ¡PODRÍA SER PEOR! Podíamos haber no tenido alternativa alguna para llegar a Noruega o haber perdido el vuelo o haber perdido algo por el camino, pero por suerte lo único que perdimos fue tiempo.

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