domingo, 17 de octubre de 2010

¡Me creo Guay!

¿Cuántos de vosotros habéis tenido el maravilloso juego de Chupa-Chups, para vuestra por aquel entonces,
preciada GameBoy? Sí, si, ese en el que había que pasar unos tiburones...

La respuesta es ninguno. No podéis haberlo tenido, porque nunca ha existido. Sin embargo, durante vuestra infancia, muchos ante la misma pregunta habríais contestado que sí, que era el mejor del mundo y que era muy difícil de conseguir y todo por quedar bien ante vuestros amigos.

Yo misma conozco un caso, daba igual que juego te inventaras, porque esa persona siempre lo tenía y lo más gracioso de la historia es que si le preguntabas como se había pasado cualquier cosa que se te ocurriera siempre te decía que le había costado mucho, pero que por casualidad un día lo había conseguido.

Pero bueno, ¡PODRÍA SER PEOR! podía haberse inventado que había estado en un montón de sitios en los que jamás estuvo, o haberse inventado amigos que nunca tuvo.

Sin embargo, este caso no es un hecho aislado y estoy segura que seréis pocos los que podréis presumir de no haber fingido nunca poseer algo que no teníais y sólo por sentiros mejores o al menos iguales al resto. Es probable que cuando se es niño esto parezca lo normal, pues todos queremos ser los mejores, a los que todos admiren, pero lo realmente triste es seguir haciéndolo años más tarde, ¡menos mal que la mayoría maduramos!

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